El siguiente artículo fue escrito originalmente en inglés por Joe Carter, publicado en Acton PowerBlog el 14 de agosto del 2017. Publicación original.
Traducción por Carroll Rios de Rodríguez, Instituto Fe y Libertad
Una manifestación organizada en Charlottesville, Virginia este fin de semana terminó en violencia y terrorismo doméstico, cuando grupos de nacionalistas que abogan por la raza blanca chocaron con unos contramanifestantes. El evento organizado por Unir a la Derecha tenía como propósito, según explica el copromotor Matthew Heimbach, unir a la derecha alternativa en torno a «14 palabras»: «Debemos asegurar la existencia de nuestra gente y el futuro para los niños blancos —como nuestro principal factor motivante—». Los objetivos del movimiento de derecha alternativa son contrarios a la misión, los valores y los principios del Instituto Acton y de otros grupos que comparten nuestro ideario. Sin embargo, el movimiento suele ser asociado a formas tradicionales de conservadurismo y de liberalismo, aunque este frecuentemente rechaza asuntos tales como la libertad económica y la dignidad de todas las personas, dos cuestiones que consideramos fundacionales. Por esta razón, usted debería saber qué es lo que realmente cree la derecha alternativa y la agenda que promueve. Aquí hay cinco datos que debería saber sobre el movimiento de la derecha alternativa (título que a veces se abrevia como alt-right* en inglés):
1. La derecha alternativa es un término sombrilla para una gran cantidad de grupos nacionalistas y populistas dispares, asociados con el movimiento o la causa por la raza aria o blanca. El término aglutina a supremacistas blancos (por ejemplo, neonazis), a racistas de corte religioso (por ejemplo, los Kinists), a neopaganos (por ejemplo, Heathenry), a trolls del internet (por ejemplo, 4chan’s/pol/), y a otros que se han enamorado de la identidad blanca y del racismo. Estos grupos buscan proveer una «alternativa» al conservadurismo tradicional de Estados Unidos, el cual consideran estar insuficientemente preocupado por las metas de la identidad blanca, el concepto que define y unifica al alt-right. «La identidad racial», dice Arthur Kemp en La marcha de los titanes: una historia de la raza blanca, «puede ser definida como el reconocimiento consciente que uno pertenece a una específica raza, etnia y cultura, la cual se acompaña de ciertas obligaciones respecto de su propio bienestar». Y el líder alt-right Jared Taylor, de Renacimiento Americano, define «identidad blanca» como el reconocimiento por los blancos que ellos tienen intereses en común que deben ser defendidos. «Todos los demás grupos raciales toman por sentado que es necesario unirse sobre la base de criterios raciales para trabajar juntos por intereses en común». En el siguiente video, Taylor responde a la pregunta: «¿Qué es la derecha alternativa?» (What Is the Alt Right?) / Jared Taylor (AmRen) https://www.youtube.com/watch?v=zufGRGieQSE
2. La asociación del término alt-right con la política de la identidad hizo su primera aparición en diciembre del 2008, cuando Paul Gottfried escribió un artículo para la Revista Taki titulado, «El fracaso y surgimiento de la derecha alternativa» (el artículo en sí mismo no usa la frase «derecha alternativa» y el editor de la revista en aquel entonces, Richard Spencer —una de las figuras más sobresalientes de la alt-right— confesó que él agregó el título). Entonces, la «derecha alternativa» ampliamente se asociaba con los «paleoconservadores», otro término inventado por Gottfried. Los paleocons se identifican a sí mismos como conservadores que rechazan el neoconservadurismo de la era de George W. Bush. Mientras los grupos tendían a oponerse a la globalización y a la guerra (especialmente en lo que respecta a la guerra en Iraq), no se asociaba necesariamente con la política de la identidad blanca. Pero en su artículo Gottfried identificó a los «post-paleos» como una comunidad creciente que «ahora incluye a Takimag, VDARE.com y otros sitios que están dispuestos a abordar temas sensitivos y oportunos». Los «temas sensitivos y oportunos» a los que se refiere Gottfried son los temas que antes habían sido la principal preocupación de los grupos de identidad blanca, temas tales como la inmigración no-blanca («físicamente nos está desplazando todo el tercer mundo») y las «capacidades cognoscitivas humanas» (en otras palabras, la creencia de que ciertos grupos raciales son, generalmente, intelectualmente inferiores a otros). En el 2010, Richard Spencer lanzó un sitio electrónico, AlternativeRight.com, para promover estas ideas. Desde entonces, el término se ha asociado con el movimiento de identidad blanco.
3. El movimiento alt-right es mayormente secular, frecuentemente abraza enfoques políticos de izquierda (especialmente sobre temas económicos), y rechaza el conservadurismo tradicional. George Hawley, un profesor de la Universidad de Alabama que ha estudiado al movimiento, comentó a The Washington Post que «la persona modelo de la derecha alternativa es varón, blanco, milenial; probablemente tiene un título universitario o asiste a la universidad; es secular y quizás ateo y no está interesado para nada en el movimiento conservador». Lo que coloca al movimiento en el espectro de la derecha es que comparte, con el conservadurismo, un escepticismo respecto del igualitarismo forzado. Pero eso es generalmente lo único que comparte con el conservadurismo tradicional. De hecho, muchos de los que se ubican dentro del alt-right, como por ejemplo Spencer, tienen ideas asociadas con la agenda progresiva (por ejemplo, están a favor del aborto, los reclamos del movimiento homosexual y se oponen al mercado libre). La confusión sobre las posturas políticas del movimiento nace de pensar que los grupos extremistas están en cada «punta» del espectro izquierda-derecha. Es más acertado pensar en ellos conforme a la teoría de la herradura del caballo, un concepto de la ciencia política que asegura que la extrema izquierda y la extrema derecha, en lugar de oponerse y de ubicarse en las puntas de una recta linear, realmente se aproximan mucho, como las terminaciones de una herradura.
4. Aunque generalmente es secular, la alt-right a veces abraza el «Reino de Cristo» (su versión de un cristianismo europeo cultural) y algunos (como por ejemplo Vox Day) aseguran que el cristianismo es el pilar fundacional del movimiento. Pero lo que ellos entienden por cristianismo suele ser de naturaleza herética (Day rechaza a la Santísima Trinidad y no cree que las razas sean iguales «espiritualmente»), o es una versión racial de la fe (por ejemplo, el movimiento Kinista), o es «religión como cultura» (Spencer dice que es ateo y al mismo tiempo «culturalmente cristiano»). El movimiento también es frecuentemente asumido por los neo-paganos. Como ha dicho el líder del alt-right, Stephen McNallen: «Yo soy pagano porque es la única forma de permanecer fiel a quien soy, a lo que soy. Soy pagano porque las mejores cosas de nuestra civilización vienen de la Europa precristiana». McNallen dice que se opone al cristianismo porque este «carece de raíces en sangre y tierra» y consecuentemente puede «reclamar la lealtad de toda la raza humana». La verdadera religión de la alt-right es la identidad racial blanca.
5. La alt-right apoya la política de identidad blanca y casi todos ellos son nacionalistas blancos. Pero no todos los aglutinados en el alt-right son supremacistas. Quienes creen en la supremacía de los blancos sostienen que los grupos étnicos de tez clara o «blanca» son superiores a los demás grupos étnicos. Los abogados moderados de la supremacía blanca (tales como el Ku Klux Klan (KKK) casi siempre abogan por la identidad blanca, aunque lo inverso no siempre sea cierto. Como dice el medio Vox Day, líder del movimiento alt-right: «El alt-right no cree en la supremacía general de cualquier raza, nación, pueblo o subespecie. Cada raza, nación, pueblo o subespecie humana tiene sus fortalezas y debilidades únicas, y posee el derecho soberano a vivir sin que se le moleste en la cultura nativa de su preferencia». La supremacía blanca también suele confundirse con el nacionalismo blanco, la noción política que mezcla el nacionalismo con la identidad blanca. Los nacionalistas blancos son separatistas raciales que creen que para preservar la raza blanca, los demás grupos raciales deben ser excluidos o marginados de los «estados blancos» (es decir, de los países o territorios que históricamente han sido poblados mayormente por personas blancas). Los nacionalistas blancos frecuentemente se preocupan por el mestizaje y la inmigración de no-blancos porque contribuyen a lo que ellos consideran es el «genocidio blanco», es decir, al reemplazo de la raza blanca por otros grupos raciales.
*Muchas personas que son conservadores cristianos, o libertarios, y que no están de acuerdo con la política de la identidad blanca, han empezado recientemente a referirse a sí mismos como «alt-right». Esta es una tendencia desconcertante. Algunos lo hacen sencillamente porque no entienden la historia del término. Asumen que quiere decir algo similar a «paleoconservador» o que es un sinónimo de «seguidor de Trump». No están conscientes que es una etiqueta elegida hace unos años específicamente para aglutinar a los diversos grupos que respaldan las «14 palabras». Otros han adoptado el término «alt-right» porque los medios de comunicación han empezado a usar el término como una crítica a todas las personas que están en el lado derecho del espectro político, y así lo usan como un acto de desafío a los medios de comunicación. Un menor número de personas entienden qué quiere decir el vocablo pero lo quieren reclamar para otros usos.
Pero nadie que no sea un nacionalista blanco, un supremacista blanco, o una persona que promueve la identidad blanca debería apropiarse de la etiqueta, por tres razones. Primero, deslegitima a los conservadores que no son racistas. Cuando una persona decente se asocia a sí misma con una etiqueta como alt-right, está dando la impresión de que tales ideas son consideradas como aceptables por el conservadurismo tradicional. Segundo, legitima los elementos racistas de la sociedad. Si usted no se asociaría con el KKK o los grupos neonazis, entonces no debe asociarse al movimiento alt-right simplemente porque ellos no usan cascos ni cantan «sieg heil» (aunque a veces sí lo hacen.) Los conservadores y libertarios deberían poner distancia entre ellos y los movimientos fascistas, no darles un espaldarazo de solidaridad tan solo para llevarle la contraria a los medios de comunicación masivos.
Tercero, no podemos retomar el término. Cualquier uso legítimo que pudo haber tenido el término «derecha alternativa» quedó destruida hace mucho tiempo. Hace ocho años, Richard Spencer, el hombre que acuñó la frase alt-right, empezó el sitio electrónico «Alternative Right». Spencer usó el sitio para coquetear con la negación del Holocausto, para promover ideas racistas y antisemitas, y para promover la causa del nacionalismo blanco. Él ha sido dueño del término por más tiempo que cualquiera que ahora pretenda adoptarlo. Los intentos por retomar la frase son tan inútiles e innecesarios como intentar retomar la esvástica.
Cuarto, al centro del movimiento alt-right está la idolatría, siendo el ídolo «la blancura». Al construir su identidad sobre rasgos genéticos compartidos, el movimiento alt-right divide a la humanidad y aleja a las personas de nuestra única fuente de identidad verdadera: Jesucristo. El movimiento alt-right es contrario al Evangelio porque al aceptar la identidad blanca necesariamente se rechaza la identidad cristiana. Ningún cristiano que ame a Jesús debería asociarse con una etiqueta que está supuesta a promover la separación racial y el odio.