Estamos casi terminando el año del III Centenario del nacimiento de Adam Smith (1723-1790): un personaje al que muchos liberales recordamos con gran respeto. A pesar de tantas críticas al «neoliberalismo» o ese «malvado capitalismo» que desde nuestro Instituto tratamos de explicar cabalmente, lo cierto es que la prosperidad y La riqueza de las naciones solamente son posibles en entornos de libertad, defensa de la iniciativa y la propiedad privada, en regímenes con verdadera división de poderes, donde el Estado no ahogue a los ciudadanos con sus impuestos y un descomunal gasto público.
Con todo, es conveniente destacar algunas ideas que nos sirvan de orientación en medio de tanto pensamiento «políticamente correcto» que sigue empeñado en criticar la iniciativa empresarial o los mercados abiertos. Es bueno comenzar por señalar que para Adam Smith la economía nunca puede ir separada de la responsabilidad moral. No solamente es preciso hacer las cosas bien, técnicamente; es todavía más urgente respetar los compromisos éticos que demanda nuestra naturaleza humana. El autor de La teoría de los sentimientos morales supeditaba sin ninguna duda el éxito económico a los imperativos de una conciencia atenta a las necesidades del prójimo.
Pero vayamos al aspecto más descriptivo sobre el que quería hablarles: señalar las —a mi juicio escasas— iniciativas en su memoria que he podido conocer (teniendo en cuenta de que les escribo desde mi trabajo en la universidad española). Una de las primeras referencias que localicé fue un programa de Libertad Digital Libros, con Mario Noya y Carmen Carbonell. Nos recordaban un comentario anterior a propósito de la traducción al español del peculiar título How Adam Smith Can Change Your Life: An Unexpected Guide to Human Nature and Happiness, de Russell Roberts, editado por Antoni Bosch en 2015: ¿Cómo Adam Smith puede cambiar tu vida? A pesar del atrevimiento, me parece un muy consistente acercamiento a esa faceta menos conocida del profesor escocés en sus reflexiones sobre el comportamiento humano: cómo nos percibimos a nosotros mismos, cómo nos relacionamos y qué decisiones tomamos en nuestra búsqueda de la felicidad.
Noya cita una más reciente entrevista para el ThinkTank mexicano Caminos de la Libertad; y además nos recomienda las dos traducciones de Adam Smith publicadas por Carlos Rodríguez Braun en Alianza Editorial; que por supuesto vamos a aconsejarles aquí por sus excelentes estudios introductorios. Y aprovecho para copiarles una conversación de este profesor que también destaca la mayor sintonía de Adam Smith con su profesión de filósofo en La teoría de los sentimientos morales.
El Instituto español Juan de Mariana publicó una serie de análisis diarios que también merecen una lectura atenta. El de George Youkhadar: «El legado y la vigencia de Adam Smith a los 300 años de su nacimiento»; la traducción de «La sabiduría intemporal de Adam Smith» escrita por Richard M. Ebeling para la Foundation for Economic Education; o la también traducción del provocador «El capitalismo cooperativo de Adam Smith» escrito por Gary Galles en Law and Liberty (*copio al final estos enlaces. Si tienen curiosidad, en la web de Law and Liberty encontrarán algunas otras referencias bien interesantes).
Pero no todos comparten esta visión más humanista de Adam Smith. Kepa Bilbao sentenciaba en la web: «El considerado padre del liberalismo entendió que lo que guía al ser humano en la economía es perseguir su bienestar material»… Tenemos que recordarle que eso es justamente lo contrario de lo que escribió el catedrático de Filosofía Moral en Glasgow. Y es que los prejuicios resultan imposibles de salvar, cuando te instalas en el pensamiento único. Pueden comprobarlo por ejemplo en cualquier noticia del tipo: «Las políticas de “laissez-faire” que eran inadecuadas hace 70 años lo son todavía más para la economía del futuro». Basta un poquito de inteligencia y aprecio a la verdad para reconocer que nuestro mundo ha prosperado de manera increíble gracias a los avances —con mucha dificultad— de la libertad económica (y la desaparición del comunismo).
Por eso les recomiendo acudir a otras fuentes, como uno de los autores de la colección Cristianismo y Economía de Mercado del Centro Diego de Covarrubias (muy próximo a nuestro Instituto Fe y Libertad), Rainer Ziltemann, en su artículo para LibreMercado: «300 años de Adam Smith: una mirada a la vida y la obra del gran intelectual escocés». Me ha llamado la atención una cosa que desconocía en Smith: la generosidad de compartir su dinero con los pobres. Algo que es coherente con sus críticas a ciertos comerciantes, terratenientes o «maestros fabricantes» cuando especulaban para aumentar sus ganancias subiendo el precio de los productos. Por eso Ziltemann concluye —con cierta ironía— que «podría decirse que hay más frases positivas sobre los capitalistas en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels que en cualquier otra obra de Adam Smith».
Este artículo coincidió con la presentación en Madrid de un reciente libro suyo, En defensa del libre mercado, coordinada por Diego Sánchez de la Cruz y con el apoyo del citado Centro Covarrubias (aquí pueden leer una entrevista realizada ese día por Virginia Boceta).
Poco después, Diego Sánchez de la Cruz completó en esa misma web otras ideas en torno al Centenario que les escribo, destacando cómo la búsqueda del propio interés smithiano no significa hacerlo a costa del prójimo. También señala que todavía en las universidades escocesas de finales del siglo XVIII eran conocidas algunas teorías de la Escuela de Salamanca.
En fin, aún estamos a tiempo de mejorar nuestro conocimiento sobre Adam Smith en este III Centenario. También espero que la Academia le preste alguna mayor atención: como indicaba al principio —hasta donde conozco—, han sido escasas las celebraciones españolas. Puedo relatarles un pequeño acto en la Universidad de Valladolid este pasado mes de mayo, con las intervenciones de Victoriano Martín y Estrella Trincado. O el más reciente Seminario en la Universidad de Zaragoza, que clausuraba el profesor Pedro Schwartz. Desde luego, esta aproximación quedaría incompleta sin averiguar otras celebraciones en su Escocia natal, en los Estados Unidos, o impulsadas por las diversas asociaciones de Historia del Pensamiento Económico… Pero esto lo dejo para otro momento.
Porque no quería terminar mi colaboración en este Blog del Instituto Fe y Libertad sin hacer referencia a la importante publicación de uno de sus impulsores, el profesor Moris Polanco: me refiero al libro La filosofía moral de Adam Smith (Unión Editorial, 2017). Allí pueden encontrar una mucho más completa explicación de algunos aspectos que acabo de señalar: como esa gran importancia que le daba nuestro catedrático de Glasgow al ejercicio de las virtudes; o una aclaración sobre el posible relativismo utilitario de Adam Smith —como sostuvo su amigo David Hume—. Según el doctor Polanco, «Smith no es relativista en cuanto apela a la naturaleza humana y al Creador de esa naturaleza para dar cuenta de la objetividad de los juicios… (la conciencia moral)».
https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/la-sabiduria-intemporal-de-adam-smith/
https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/el-capitalismo-cooperativo-de-adam-smith/