Clive Staples Lewis, conocido por todos como C. S. Lewis, fue un escritor y académico ateo con una historia peculiar de conversión al cristianismo. Nacido en Belfast un 29 de noviembre de 1898, Lewis tuvo una infancia bastante complicada, lo que lo llevó al ateísmo. Durante su etapa de catedrático en la Universidad de Oxford, él defendió fehacientemente su postura, amparado con su participación como soldado en la Primera Guerra Mundial. Su conversión llegó de la mano del texto de Chesterton: Everlasting Man. En lo personal, su vida me recuerda mucho a Pablo. Su pasado como estudioso ateo fue crucial para todo lo que realizó durante su etapa cristiana y potenció su convicción cristiana. Algo característico de Lewis, y es también una de sus fortalezas, es su capacidad de explicar temas complejos. En este breve blog quiero hablar de tres libros que usó para tratar diversos temas cristianos y que, en lo personal, influenciaron mi forma de ver ciertos aspectos del cristianismo.
Mero Cristianismo es, sin lugar a duda, una de sus mejores obras literarias. Este libro es una herramienta de Lewis para explicarle al lector, sea creyente o no, elementos importantes del cristianismo. El libro se compone de cuatro libros más pequeños, que pueden ser explicados como capítulos. Estos libros hablan de un tema en especial, indagando sobre dicho tema y elementos que ayudan a explicarlo. El primero trata de comprender la naturaleza del hombre y ciertas verdades implícitas, indagando mucho en nuestro código moral. El segundo trata de nuestras creencias como creyentes y de dónde viene todo lo que profesamos. El tercer libro, y el más extenso, aborda todo el comportamiento cristiano guiado desde la moral bíblica. También comienza a tratar temas meramente teológicos como la perspectiva de la fe, tema que, en lo personal, me impactó más. Finalmente, el cuarto libro trata sobre temas teológicos muy profundos del cristianismo y los aborda de tal forma que el lector puede tratar de comprender mejor muchas cosas de nuestras creencias. Mero Cristianismo es un libro denso y muy profundo, y aunque las enseñanzas que Lewis plasma en estos cuatro libros, hasta cierto punto, pueden ser chocantes, el libro termina siendo muy enriquecedor. La parte académica de Lewis es profunda y vasta, prueba de ello es este libro.
Las crónicas de Narnia es el otro grupo de libros de mayor reconocimiento de su autoría. Me impresiona la habilidad de Lewis de poder transmitir por medio de historias interesantes muchos elementos cristianos. El uso de referencias y analogías a la Biblia, Dios, Jesús, entre otros, plasmados en una serie de cuentos atractivos, demuestran su habilidad para transmitir su conocimiento, y demuestran un profundo dominio del tema por su parte. El público objetivo de estos libros sin duda son los niños y los adolescentes, quienes aún necesitan de una lectura no tan profunda para continuar aprendiendo. A pesar de ello, no deja de asombrarme la profundidad de las referencias que él plasma en los cuentos y lo fácil que alguien conocedor de la Biblia puede identificarlos. Tal fue el impacto de dichos libros que incluso instituciones «seculares» han alabado esta obra.
Finalmente, un libro corto pero muy enriquecedor que, aunque no es de renombre, es un libro excelente, se llama Una pena en observación. Me llamó mucho la atención que este libro refleje a un C. S. Lewis contrariado y entristecido, una fase que muchos escritores no dejan ver en sus obras. El libro nació después de la muerte de su esposa debido a un cáncer terminal; lo interesante es que el autor no planeó escribir el libro, sino que surgió de forma espontánea. Él escribe en una libreta lo que siente y allí se va desahogando. El libro solamente tiene tres capítulos y cada uno trata de las fases del duelo que Lewis pasó, desde el dolor y el lamento, hasta la aceptación. Leer a un Lewis tan vulnerable y sincero fue impactante. En medio de esa sinceridad que plasma sobre la libreta, va retratando el duelo que muchos cristianos pasan después de una pérdida importante. No todo es alegría, o momentos que dejan una enseñanza o en los que se debate sobre algún tema, también hay momentos duros donde los ánimos escasean. Este pequeño libro es una enorme enseñanza sobre la importancia del buen manejo del duelo y cómo, a pesar del momento, siempre hay algo que se puede aprender.
C. S. Lewis es uno de los mayores escritores que el siglo XX pudo tener. Su intelecto, creatividad y habilidad para enseñar aún están presentes en nuestros días y lo seguirán estando. Estas tres obras de las que hablé con brevedad hablan de solamente tres condiciones en las que él puede escribir. No se limita únicamente a los textos académicos enfocados en personas estudiosas, él buscó enseñar y transmitir su conocimiento a todos. Las enseñanzas de Mero Cristianismo las narraba en la radio para que los soldados en el frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial pudieran oírlas, y sus cuentos con base bíblica buscaban enseñar doctrina básica a los más jóvenes. Esta capacidad de transmitir refleja la inteligencia que C. S. Lewis tuvo, y qué mejor momento para hablar sobre este célebre autor que el momento en donde nos acercamos a la fecha de su nacimiento. Solo hablé de tres de sus obras, pero si de algo estoy seguro, es que cada uno de sus libros nos permitirán aprender un poco más sobre nuestra fe, desde una perspectiva diferente.