Felices sean los inmigrantes

Felices sean los inmigrantes

Para el cristiano, dice Edith Stein, no hay extraños.  Eso ya comienza desde el Antiguo Testamento. El Levítico manda explícitamente la ayuda al extranjero, a todo aquel que se encuentre en tierras lejanas y necesitado de ayuda. El Nuevo Testamento corona este mandato...
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