Publicado originalmente el 18 de abril de 2022 en Prensa Libre.
¡Ha resucitado!
La fecha más alegre del calendario cristiano, el domingo de Resurrección, se celebra en Guatemala sacando en procesión varias imágenes de Jesús Resucitado. Tras vencer a la muerte, el Hijo de Dios restauró nuestra esperanza en la posibilidad de permanecer unidos al Padre, aquí y en la vida eterna. Como escribió Pablo de Tarso a los corintios (1 Corintios 17-19), inspiraríamos lástima si creyéramos que Cristo no resucitó y nuestros pecados no fueron perdonados.
En muchos países, el día de hoy es feriado; a veces se le llama lunes del ángel. En Italia se celebra la pasquetta con un picnic que incluye platillos hechos de huevo, y un buen vino. En Austria, se toman largos paseos para recordar la caminata de los discípulos de Emaús (Emmausgang). En Leicestershire, Inglaterra, juegan a patear la botella a través de un campo abierto. En Valencia, España, la tradición dicta que los padrinos regalen a sus ahijados unos pastelitos llamados mona, los cuales ponen fin a los sacrificios de la cuaresma.
El ángel y las mujeres son las protagonistas de este día. San Marcos escribe que María Magdalena, Salomé y otra María, la madre de Santiago y José, fueron las primeras en ver a su Señor resucitado. Ellas experimentaron una mezcla de miedo y alegría cuando encontraron el sepulcro abierto y vacío, narra San Mateo. Un ángel, sentado sobre la piedra del sepulcro, vestido de blanco y con apariencia de relámpago, las tranquilizó. No tengan miedo: ¡Jesús resucitó! Ellas corrían de vuelta para relatar lo ocurrido a los discípulos cuando Jesús se les apareció. Les dijo «paz a ustedes» y repitió «no tengan miedo». En aquella época, la mujer ocupaba un lugar secundario en la sociedad, y no podían brindar testimonio jurídico, sin embargo, el ángel y Jesús convierten a estas tres mujeres, humildes y pecadoras, en las portadoras de un mensaje angelical. La forma en que Jesús dignifica y da prioridad a estas mujeres indica lo unidas que eran con Él y con el resto de la comunidad cristiana.
Entre 2006 y 2012, S.S. Benedicto XVI dirigió breves mensajes al pueblo católico, la mayoría desde la residencia papal en Castel Gandolfo, conmemorando el lunes del ángel. Nos explica que la Iglesia destina no solo el domingo y lunes para celebrar la Resurrección, sino todo el tiempo pascual, que dura 50 días, hasta el día de Pentecostés. Nos pide que apliquemos las palabras del ángel y de Jesucristo a nuestras propias vidas. Sus seguidores no debemos tener miedo de dar testimonio de nuestra fe cristiana, la cual «no nace de la aceptación de una doctrina sino de un encuentro con una Persona, con Cristo, muerto y resucitado».
A pesar de ser meros humanos, nuestra misión es como la del ángel, afirma Benedicto XVI, por cuanto somos mensajeros y servimos al Señor. La palabra griega para ángel significa, literalmente, mensajero. Recuerda el pontífice que Tertuliano se refiere a Jesucristo como el «ángel del consejo» pues vino al mundo a proclamar el plan de Dios para la restauración de la humanidad. Así como Dios envió a Jesús, el Hijo, a su vez, nos envió a nosotros a ser «heraldos» de la buena nueva.
También se relaciona con los ángeles la costumbre de rezar el Regina Caeli (Reina del Cielo) en lugar del Angelus durante este tiempo pascual. Benedicto XVI explica que lo primero que le dijo el Arcángel Gabriel a María cuando le anunció que sería la madre de Jesús fue «¡Alégrate!», tal como comienza el Regina Caeli: «¡Alégrate, reina del Cielo!». «Gózate y alégrate…porque ha resucitado verdaderamente el Señor», repetimos los fieles a nuestra Madre.