El significado y la psicología de la libertad

por | Blog Fe y Libertad

Ago 7, 2023

Las opiniones expresadas en este espacio no necesariamente reflejan la postura del Instituto Fe y Libertad y son responsabilidad expresa del autor.
Tiempo de lectura:  7

El presente artículo se publicó originalmente en Profectus el 12 de enero de 2023.
Ha sido traducido al español por Jessica Paduán para el Instituto Fe y Libertad con los permisos correspondientes. 

El cerebro humano es un órgano asombroso. Aunque solo representa el 2 % del peso de un ser humano adulto, utiliza el 20 % de la energía que produce nuestro cuerpo. Muchas de las tareas que nuestros cerebros cumplen, suceden sin que nos demos cuenta. Incluso cuando estamos dormidos, nuestros cerebros siguen trabajando arduamente para administrar los diversos procesos corporales que nos mantienen vivos.

Pero lo que es realmente genial y único sobre el cerebro humano, en comparación con los cerebros de otros organismos, es la complejidad cognitiva que nos otorga el poder de la autorreflexión, la autorregulación y, en última instancia, la autodeterminación. Podemos pensar en lo que queremos hacer con nuestras vidas y luego podemos convertir esos pensamientos en acciones. Podemos viajar mentalmente en el tiempo tanto hacia adelante como hacia atrás, lo que nos permite volver al pasado en busca de orientación cuando planificamos el futuro. Nuestra capacidad de pensar de forma abstracta y simbólica nos brinda una poderosa imaginación, que alimenta los esfuerzos artísticos, científicos, empresariales y filantrópicos que impulsan el progreso de la civilización.

No somos el único organismo social, pero nuestra sociabilidad es claramente intelectual. Compartimos, discutimos y debatimos ideas complejas que mejoran nuestra comprensión del mundo. Y a través de la competencia social y la colaboración, usamos estas ideas complejas para mejorar el mundo.

En última instancia, nuestras capacidades cognitivas avanzadas nos convierten en una especie existencial. No solo nos esforzamos por sobrevivir. Nos esforzamos por el significado. Queremos que nuestras vidas tengan sentido. De hecho, aunque ciertamente preferimos el placer al dolor, nuestro anhelo de significado nos empuja a perseverar a través de los tipos de experiencias incómodas que a menudo conducen al crecimiento personal y al éxito de las metas.

Curiosamente, en las discusiones sobre la libertad, la gente habla de las estructuras legales, económicas, políticas y filosóficas que sustentan la libertad, pero rara vez hablan de la psicología subyacente que hace que estas estructuras legales, económicas, políticas y filosóficas sean posibles y sostenibles.

Por ejemplo, los estadounidenses, y en particular los adolescentes y adultos jóvenes estadounidenses, se están volviendo cada vez más ansiosos. Un estudio de las tendencias de ansiedad entre los adultos estadounidenses entre 2008 y 2018 encontró que la ansiedad ha aumentado para todos los adultos menores de 50 años y ha aumentado dramáticamente para los adultos de 18 a 25 años. Además, este aumento de la ansiedad se observó en todos los grupos raciales/étnicos, de género y de ingresos. Más recientemente, una encuesta nacional realizada en agosto de 2022 encontró que la mitad de los adultos estadounidenses menores de 30 años (alrededor de un tercio de los adultos en general) informan sentirse ansiosos todo o la mayor parte del tiempo.

Tendemos a pensar en la ansiedad como un problema de salud mental, y con razón. Pero es mucho más que eso. La ansiedad es una barrera para la libertad y el florecimiento. Cuando las personas están ansiosas o temerosas, tienden a estar más a la defensiva y menos orientadas al crecimiento. Esto significa que se vuelven más atentas a los daños potenciales (físicos, sociales, psicológicos y económicos) y, por lo tanto, menos motivados para asumir los tipos de riesgos que conducen a nuevos descubrimientos y aventuras. De hecho, hay estudios que demuestran que cuanto más ansiosas están las personas, menos probable es que se involucren en actividades empresariales. También significa que se vuelven más rígidos en su forma de pensar y menos tolerantes con las personas con las que no están de acuerdo. En términos más generales, una mentalidad defensiva socava muchas de las características psicológicas que ayudan a que prosperen las sociedades libres, como la curiosidad, la creatividad, la autodeterminación y el optimismo.

El aumento de la ansiedad, así como de la soledad y otros estados psicológicos negativos que fomentan una mentalidad defensiva, podrían ayudar a explicar por qué los estadounidenses, y especialmente los adultos jóvenes estadounidenses, se están volviendo más mental y físicamente pasivos, desconfiados de sus conciudadanos, escépticos de la libertad individual, y pesimistas sobre el futuro.

Para que una sociedad libre florezca, debe estar poblada de individuos mentalmente sanos y orientados al crecimiento. Debe estar poblada de personas que crean en sí mismas, en sus conciudadanos y en las instituciones que apoyan la libertad y las oportunidades. Debe estar poblada de personas orientadas a la acción que estén inspiradas para arremangarse y trabajar arduamente para mejorar sus propias vidas y hacer contribuciones positivas a sus familias, a sus comunidades y a la sociedad en general. Necesita estar poblada de personas que tengan una actitud optimista sobre el futuro.

Fundamentalmente, debe estar poblado por personas que crean en su capacidad para vivir vidas con sentido. Creo que el sentido de la vida está en el centro de la libertad psicológica porque es un poderoso recurso de autorregulación y motivación. En otras palabras, el significado es más que un sentimiento. Tiene una naturaleza agencial, a lo que me refiero como agencia existencial, o mentalidad de significado.

Cuando las personas aceptan por completo su capacidad de hacer contribuciones significativas al mundo, se apropian del viaje de su vida. Se dan cuenta de que, aunque hay aspectos de la vida fuera de su control, pueden controlar su forma de pensar y su comportamiento.

Victor Frankl señaló con fuerza este punto en su libro, El hombre en busca de sentido, que se basó en su propia experiencia como prisionero en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Él escribió:

Los que vivimos en campos de concentración podemos recordar a los hombres que caminaban por las cabañas consolando a los demás, regalando su último trozo de pan. Puede que hayan sido pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que se le puede quitar todo a un hombre menos una cosa: la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en cualquier conjunto dado de circunstancias, elegir el propio camino.

Una mentalidad con significado empuja a las personas a confrontar sus miedos y salir al mundo con valentía tanto para perseguir sus propios objetivos como para servir a los demás. Una mentalidad con significado impulsa a las personas a perseverar frente a la adversidad. Una mentalidad con significado inspira a las personas a enfrentar los desafíos con un espíritu de esperanza. Además, cuando las personas reconocen su propia agencia existencial, es más probable que reconozcan y respeten la agencia existencial de los demás.

En resumen, cuando las personas reconocen y actúan sobre su capacidad de vivir vidas con significado es cuando mejor posicionadas están para ejercer su libertad psicológica. Y la libertad psicológica allana el camino para una libertad social y económica más amplia.

Desafortunadamente, muchos educadores, académicos, líderes intelectuales, políticos, periodistas y artistas están socavando la libertad psicológica. Están promoviendo una mentalidad defensiva en la que se alienta a las personas, y en particular a los jóvenes, a ser temerosos, cínicos, desconfiados, pesimistas, pasivos y dependientes.

Además, la libertad económica que ha dado paso a una era de abundancia material puede, irónicamente, estar creando desafíos adicionales que requieren nuestra atención si queremos sostener y expandir la libertad. Por un lado, la libertad económica refuerza la libertad psicológica porque ofrece a las personas más oportunidades para perseguir sus talentos e intereses naturales y alcanzar su máximo potencial. Sin embargo, la libertad económica también ha impulsado rápidos cambios sociales y tecnológicos que pueden estar contribuyendo al aumento de la ansiedad y, en algunos casos, al debilitamiento de las estructuras sociales y culturales, como el matrimonio, las amistades cercanas y la religión, que han ayudado a muchas personas a encontrar el sentido de la vida.

Esto significa que quizás sea más importante que nunca centrarse en promover una psicología de la libertad arraigada en una mentalidad de significado. Los liberales clásicos tienen razón al enfatizar la importancia de la libertad económica y la prosperidad económica resultante para el florecimiento individual y social. Sin embargo, un enfoque en la economía y el bienestar material ofrece un marco incompleto para comprender y abordar los desafíos más urgentes que enfrentamos hoy en día.

Necesitamos un enfoque más holístico que aprecie las necesidades y disposiciones psicológicas y sociales relacionadas que impulsan una cantidad considerable de actividad humana. Tal enfoque no solo ofrecería un análisis más completo del bienestar y la prosperidad humana, sino que también sería de gran valor para aquellos que se centran más específicamente en los resultados relacionados con la economía, como la movilidad económica. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que el propósito en la vida contribuye de manera única y positiva a los ingresos y al patrimonio neto. Esto es probablemente el resultado de la naturaleza autorreguladora (agente) del significado. Las personas que perciben que sus vidas tienen un propósito, en comparación con aquellos que carecen de un sentido de propósito, es más probable que centren su atención en identificar y regular su comportamiento hacia los tipos de objetivos personales, sociales y profesionales que conducen a la seguridad financiera y al éxito.

Creo que un enfoque más holístico del florecimiento humano nos ayudará a estudiar, comprender y promover mejor los fundamentos psicológicos de la libertad. Al eliminar las barreras psicológicas a la libertad, podemos despejar el camino para que más estadounidenses alcancen su máximo potencial y logren el Sueño Americano. 

[N. del T. Aunque este artículo fue escrito enfocado a la sociedad estadounidense, los principios expuestos aquí no aplican solamente a esa sociedad, sino a cualquier sociedad como, por ejemplo la guatemalteca, por eso hemos decidido traducir al español este artículo].

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