El pasado 14 de enero fue un día muy especial para nosotros, pues, en el centenario de su nacimiento, recordamos a un gran amigo a quien tuve el gran honor de conocer a mediados de los años 90, en la ciudad de Quetzaltenango. Don Joe, como cariñosamente le decían muchos, fue uno de los mejores profesores y economistas en Guatemala, así como en el continente americano, por su incansable lucha, defensa y promoción de la libertad. El Dr. Joseph Keckeissen nació en Brooklyn, Nueva York, el 14 de enero de 1925 y fue llamado a la presencia de su Señor en la Ciudad de Quetzaltenango, el 3 de abril de 2011.

Antes de enumerar datos muy interesantes de su biografía y ejemplar vida multifacética, deseo mencionar algo que siempre me llamó la atención: su gran sentido del humor, sencillez y humildad. A esto se sumaban su sabiduría,  disciplina, y una devoción a María Auxiliadora y al santo rosario. Su espíritu reflejaba la esencia de san Juan Bosco, fundador de los salesianos. 

En las últimas décadas de su vida, a pesar de sus múltiples viajes semanales a Ciudad de Guatemala y Quetzaltenango para cumplir con sus obligaciones como profesor universitario y hermano salesiano, lograba organizar su tiempo de manera admirable. Era increíble ver cómo tenía tiempo para todo, inclusive para cuidar de su salud. Iba a practicar la natación frecuentemente a las 6 de la mañana al Complejo Deportivo de la ciudad de Quetzaltenango, donde le dieron un merecido reconocimiento, fruto de su perseverancia y disciplina. 

La manera en que conocí al Dr. Keckeissen fue muy especial. Yo cursaba los últimos años de la carrera de Administración de Empresas en Quetzaltenango. En las clases de economía, a mediados de los años 80, el catedrático, como complemento a sus clases y un gran valor agregado en el aprendizaje, nos ponía un VHS en la televisión de un eminente profesor de economía de Estados Unidos, quien explicaba las leyes económicas y la teoría de la oferta y la demanda con ejemplos prácticos relacionados con cervezas y pizzas. ¡Era el profesor Joseph Keckeissen! Nunca imaginé que de una manera providencial, Dios permitiría que doce años después lo conociera en persona en la ciudad de Quetzaltenango, como hermano salesiano y profesor de la extensión universitaria de la Universidad Francisco Marroquín de Quetzaltenango y de la Universidad Salesiana Mesoamericana. Además de haber sido mi profesor y amigo, también fue miembro del Consejo Supervisor de las universidades mencionadas, donde trabajamos juntos con los demás miembros, gracias a la invitación del padre y Dr. Ángel Roncero Marcos, fundador. Dicha extensión universitaria de la UFM Quetzaltenango funcionó del 12 de febrero de 1994 al 23 de enero de 2010, día de la última graduación.

Prosigo a narrar algunos datos interesantes y relevantes de la vida de don Joe. En la época de la Gran Depresión, Joseph Keckeissen fue enviado a un internado tras el divorcio de sus padres. Tenía doce años cuando ingresó en el Salesian School de Goshen, en Nueva York, donde tuvo su encuentro con la comunidad salesiana y desarrolló una devoción por san Juan Bosco. 

Conoció al padre Ambrosio Rossi, provincial de los salesianos de Estados Unidos, quien después lo invitaría a Centroamérica. De 1938 a 1945, se trasladó al seminario Don Bosco College, en Newton, tiempo que él definió como los siete años más felices de su vida. Pudo ser posible que alguna vez haya pasado por su mente ser sacerdote, pero Dios le tenía otra misión importante que cumplir como hermano salesiano coadjutor, amando siempre su vocación al consagrarse al servicio de Dios y de la congregación. 

Recorrió y visitó muchos países y siempre tuvo el deseo de ser salesiano y de vivir el espíritu colaborador de esta obra. Su experiencia pedagógica y filosófica de ese pensamiento se vio afectada en dos ocasiones —en 1946 y 1962— por razones de salud. «A pesar de ser un hombre muy noble, siempre padeció de fragilidad en su salud», comenta su amigo, el padre Sergio Checchi. Lo intentó en esos años, pero no lo pudo conseguir. 

Finalmente, en 1990 —en El Salvador—, dijo:

Siempre estuvo en mi interior el deseo de ser salesiano. Después de un retiro tuve la idea de pedir volver a la congregación. Y ahora, este 8 de septiembre de 1990, he tenido la dicha de poder emitir los votos religiosos, después de tantos años de destierro.

Durante su vida destacó tanto en su vocación religiosa como hermano salesiano, como en el campo académico, donde fue un gran profesor. Además, como ciudadano ejemplar norteamericano, cumplió su servicio militar y, en 1950, sirvió en Corea como soldado paracaidista con el grado de teniente coronel. Estuvo vinculado al ejército por varios años, como oficial de reserva, hasta su jubilación en 1985.

Al regresar a Estados Unidos, terminó su educación superior. Frecuentó la Graduate School of Business de Columbia University, Nueva York, en 1954, y obtuvo el título de Master of Business Administration. 

Durante sus estudios de doctorado en la Universidad de Nueva York, tuvo la oportunidad de asistir a los famosos seminarios y conferencias de Ludwig von Mises, uno de los principales mentores de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y de la Universidad de Occidente en Quetzaltenango. 

Trabajó como contador, auditor y programador en Humble Oil and Refining Company, en Baltimore (1955-1962). 

Como economista, estuvo íntimamente vinculado con la escuela austríaca. Sus enseñanzas reflejaban los principios y teorías que aprendió de sus propios maestros, como el famoso economista Ludwig von Mises e Israel Kirzner, quien fue su asesor en la investigación de su tesis doctoral. 

Residió en Guatemala desde 1973. Fue invitado a dar clases en la naciente Universidad Francisco Marroquín (UFM), siendo director del Departamento de Economía. Lo hizo con amor y dedicación. Fue un gran promotor y defensor de la libertad y de la economía del libre mercado. 

Impartió clases universitarias por cuarenta años, tanto en Ciudad de Guatemala, como en Quetzaltenango. En la extensión universitaria, a nivel de licenciatura, dictó los cursos de proceso económico, filosofía de Mises y Hayek, microeconomía y dinero y banca. A nivel de maestría dio los cursos del área común: proceso económico, microeconomía, opción pública (public choice) y econometría.

Estaba convencido de que Guatemala no debía estar condenada al subdesarrollo, y que llegará a ser un día un país próspero y libre en todos los campos de la vida humana. La Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, en 1989, por sus altos méritos académicos, le otorgó el doctorado honoris causa en ciencias sociales.

En el año 2010 sufrió un grave accidente cerebrovascular que le produjo derrames en los meses siguientes. En esta época y ante tan difícil prueba, en la casa salesiana donde vivió, don Joe recibió la visita de sus alumnos, profesores, trabajadores, amigos y directivos de la universidad para fortalezerlo, acompañarlo y darle ánimo en su enfermedad, demostrándole el amor, la amistad y admiración que le tenían. Con unos  amigos de la Universidad de Quetzaltenango, estuvimos  acompañándolo un día antes de su lamentable pérdida. Dios permitió que fuera a despedir a mi gran amigo, a quien siempre llevaré en el corazón y lo seguiré llamando con cariño: mi santo anónimo.

Hasta pronto, don Joe. Sé que Nuestro Buen Dios lo tiene disfrutando de la alegría y de la felicidad eterna en su reino. Un abrazo con todo mi agradecimiento.

La Congregación Salesiana de Guatemala y la UFM le rindieron honor a un grande e ilustre economista, profesor universitario de varias generaciones y hermano salesiano, quien dejó un gran legado en su segunda patria: Guatemala.

A su eterna memoria, don Joe.